La tarea de avocarse a todos los pobres animales que carecen de atención, de hogar, alimento y viven al desamparo y crueldad de otras personas que no tienen corazón para nadie ni para nada, es ingrata y causa sufrimiento. Por este motivo, de mi parte, es increíblemente reconocida.
A todas las proteccionistas y personas de buena voluntad para los animales les digo:
¡¡¡Muchas gracias!!!
Mi mayor deseo es que todas las proteccionistas se unan, con un solo nombre y con un fin común, porque eso les dará fuerza y alzará sus voces hacia una sociedad sorda, indiferente e inmutable que sigue creyendo que los animales fueron puestos en este mundo al servicio de la humanidad.
Muchas, muchas gracias.
Virginia de El Remanso - vircam4@gmail
